
Hace muchísimos años que trabajo con Mastra y cada nuevo desafío es una nueva gran oportunidad para conectar con la parte más alucinante de mi trabajo.
Este proyecto llegó después de haber trabajado en la actualización de la identidad visual de Mastra: donde dejamos atrás una estética más rústica, artesanal y “hecha a mano”, para dar lugar a una gráfica más pulida, contemporánea y alineada con la evolución constante que define a la marca. Mastra siempre fue eso: probar, arriesgar, buscar nuevos horizontes.
Con esta nueva identidad visual en marcha, el siguiente paso fue aplicarla a su pieza más visible y poderosa: las etiquetas.
